ACERCA DE LOS GRIEGOS
Me interesaba exponer algunas cuestiones muy generales sobre los griegos, en vista de nuestra primera clase sobre El origen de la tragedia, el jueves 7 de junio, a las 14:30horas, en el bar “La Paz” de Avenida Corrientes 1593. La idea es que juntos podamos ir entendiendo algunos aspectos de esta inagotable tradición, para poder encarar mejor una obra tan compleja y llena de matices como es este libro maravilloso que nos legó el amigo Friedrich Nietzsche.
Los griegos se denominaban a sí
mismos “helenos”. Hasta donde sé -no tengo a mano las referencias
bibliográficas dado que en este momento no estoy en mi departamento- la palabra
castellana “griego” deriva de la
latina “graecus”, que procede a
su vez de la voz griega γραικός (graikós), el nombre de una tribu de Beocia que
emigró a Italia en el siglo VIII a. C. Durante el período clásico, el pueblo
griego solía dividir a la familia humana entre helenos y bárbaros. La palabra
“bárbaro” no necesariamente tiene una connotación negativa, sino que alude a
personas que no hablan griego, y por tanto profieren sonidos como “bar, bar”, vale
decir, sonidos que un griego no comprendía.
Sin embargo, el especialista francés
François Châtelet contradice en buena medida lo que acabo de describir sobre el concepto que algunos griegos tenían sobre los "bárbaros": "Aristóteles nos parece extremadamente chocante cuando
pronuncia frases del estilo de 'los bárbaros no tienen de hombres más que los
pies'. Quiere decir que no tienen simplemente mas que la forma humana, pero no
la esencia del hombre. (...) Este rechazo del otro es constitutivo del
pensamiento griego".
El griego es miembro de la familia
de las lenguas indoeuropeas, junto con
el latín, el sánscrito y las lenguas célticas y germánicas. Según el profesor
H. D. Kitto, “el griego, como su primo el latín, es un idioma rico en
inflexiones, con una sintaxis elaboradísima y delicada (…) La sintaxis griega
es mucho más variada, mucho menos rígida que la latina”.
Todavía no entiendo bien ni el
griego ni el latín, pero según Kitto “está en la naturaleza del griego expresar
con suma exactitud no sólo la concordancia entre ideas, sino también matices de
significación y sentimiento”. Creo recordar que Nietzsche ha dicho algo
semejante, comparando favorablemente el griego y el latín con respecto al
alemán, aunque ahora no recuerdo bien dónde lo había dicho. Al decir de Kitto, "no es que no puedan
expresarse desatinos en griego, pero el desatino se hace patente en seguida”.
En la Ilíada de Homero, las fuerzas
griegas que asedian Troya son mencionadas con tres nombres diversos: “argivos”,
“dánaos” o “aqueos”.
Según Emilio Crespo Güemes,
traductor de mi edición de la Ilíada, el poema homérico presenta “una forma de
griego antiguo que nunca fue usada para la comunicación cotidiana. Aparecen
mezcladas formas arcaicas y recientes, formas de distintos dialectos hablados y
formas que no existieron en ningún dialecto y que son exclusivas de la lengua
artística de la épica arcaica”.
Si vemos la edad a la que murieron autores
como Eurípides, Sófocles, Esquilo, Platón, Isócrates, Protágoras, Jenofonte,
notaremos que vivieron muchos años. La geografía y el modo de vida griego
favorecía, según Kitto, no sólo la longevidad sino además una energía
prolongada.
La dieta de los griegos era
bastante frugal: pan de cebada, aceitunas, un poco de vino, algo de pescado y
excepcionalmente –los días de fiesta- carne. Esa dieta, unida a una vida al
aire libre, sin mucho lujo, daba salud y vigor a sus habitantes.
“El ocio que disfrutaban los
atenienses suele atribuirse popularmente a la existencia de la esclavitud. La
esclavitud tenía algo que ver con ello, pero no tanto como el hecho de que los
griegos pudieran prescindir de las tres cuartas partes de las cosas cuya
obtención nos quita el tiempo”. (H. D. F. Kitto, The Greeks, 1951).
Es cierto que Kitto escribe esto a
principios de la década del 50’, con lo cual mucho del rol de las mujeres no
habla. No es casualidad que casi todos los filósofos y artistas que hemos
conocido hayan sido hombres. En fin, no nos ramifiquemos con las cuestiones
sobre género para no complicar la exposición inútilmente.
En cuanto a la religión, digamos
que estaba vinculada a la “polis”, a la “ciudad estado”. Si bien los dioses
olímpicos eran adorados por todos, cada ciudad tenía sus propios cultos, ritos
y dioses menores, ninfas, héroes. En cierto modo, la polis era una unidad
independiente tanto en lo religioso como en lo político.
Para Esquilo, la polis perfecta se
da donde la Ley es satisfecha sin provocar el caos; donde la justicia reemplaza
a la venganza privada y donde los derechos de autoridad se concilian con las
pasiones e instintos individuales.
Cuando se traduce la expresión de
Aristóteles según la cual el hombre es un “animal político”, en rigor está
diciendo que el hombre es una criatura que vive en la polis. La polis es el único
marco en el que el hombre puede realizar plenamente sus aptitudes espirituales,
morales e intelectuales.
Eso es todo por hoy, la seguimos en otro momento.
¡Sean felices!
Rodrigo
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